domingo, 3 de noviembre de 2013

Regalito

Hola Luciernagas:

Hoy os traigo un pequeño regalito como compensación por tantos días desaparecida. No es mucho pero espero que os guste.

Como varios de vosotros sabéis, por problemas que prefiero no recordar, estoy reescribiendo Nawid. El primero ya esta subido en el Blog y el segundo continua en el horno, aunque se esta cocinando con buen ritmo.

El capitulo dos es uno de los que he cambiado, ya que me parecía que Owen necesitaba un poco de mas carácter para convertirse en ese asesino atormentado que tanto nos gusta a la mayoría. Espero que el inicio del nuevo capitulo os guste mas que el anterior, para los que hayáis leído las dos versiones, y os parezca entretenido y con gancho para los que lo leéis por primera vez.

Un beso muy grande para todos.


CAPITULO 2

La oscuridad aun acechaba sobre la carretera cuando Tatum consiguió abrir sus ojos. Sentía el cuerpo magullado y su cabeza latía enfadada.

Miro a su alrededor sintiéndose completamente perdido. Estaba en un coche, una especie de deportivo de última moda que parecía demasiado pequeño para su tamaño. El coche estaba detenido en un área de recreo iluminada de vez en cuando por el resto de vehículos que circulaban por la autopista.

Su corazón dio un salto al darse cuenta de que no estaba solo. Una respiración pausada se oía a su izquierda. Se giró, esperando encontrar a uno de los captores que le habían mantenido retenido, incluso podía ser la araña a la que había golpeado en la cabeza antes de perder el sentido.

Lo que estaba sentado en el asiento del conductor no era lo que estaba esperando. Un chico menudo y que no parecía estar muy lejos de la adolescencia estaba sentado al volante del magnífico coche. Su respiración y sus ojos cerrados delataban que estaba completamente dormido.

La capucha negra de su sudadera mantenía entre sombras la mayor parte de la cara del chico y lo poco que se veía eran unos cabellos rubios teñidos de diferentes tonos de rojo en algunas zonas.

El chico parecía muy concentrado en su sueño, pero Tatum no sabía cuánto tiempo se mantendría así. Y no se iba a quedar allí para averiguarlo. A pesar de que no conocía al rubio y este no parecía ser uno de sus captores, no iba a permitir que le volvieran a retener en contra de su voluntad. Y mucho menos un crio al que seguramente le sacaba más de diez años.

Además el chico parecía realmente dormido, y teniendo en cuenta la diferencia de tamaños de sus cuerpos, si Tatum decidía irse había poco que podría hacer para retenerle allí. Con ese pensamiento en si cabeza y la certeza de que iba a conseguir escapar Tatum acercó su mano a al presilla del cinturón de seguridad y lo soltó. Cerró los ojos ante el ruido sordo que la acción produjo.

Miro a su acompañante entre los mechones de su pelo castaño, como si estuviera escondiéndose de él, rezando para que no le hubiera oído. El chico permanecía en la misma posición y el ritmo de su respiración no había variado ni un ápice.

Suspirando aliviado, Tatum se giró de nuevo hacia la puerta y estudio el mecanismo de apertura de esta. Era la primera vez que estaba en un coche deportivo, y todos los que había visto por la tele se abrían de maneras muy extrañas.

El chasquido del seguro de las puertas al cerrarse, le obligó a congelarse en su sitio.
-Vuelve a ponerte el cinturón.- era una voz demasiado áspera y dura para ser de un adolescente. Sin embargo Tatum seguía confiando en su cuerpo y se giró con la intención de hacer que el mocoso insolente se tragara sus palabras. Ni siquiera le estaba mirando, continuaba con los ojos cerrados  y a excepción de la mano que se había movido hasta la manija de su puerta, parecía seguir dormido.

-¿Por qué debería hacerle caso a un crio?- el niño se giró bruscamente y Tatum vio que no era tan niño como parecía. Sus labios eran finos, aunque no podía saber cuánto por que los tenia fuertemente apretados,  y tenía los pómulos altos y marcados. Una nariz pequeña con pecas adornaba el centro de su cara. Y eso era lo último que su apariencia tenia de niño. Sus ojos eran verdes, casi translucidos, y si no fuera porque estaban clavados firmemente en los de Tatum, podría haber jurado que estaba ciego.

Sin embargo no fueron sus ojos lo que le llamo la atención. Fue su mirada. Era una mirada adulta, que conocía y que escondía muchas cosas. Era la mirada de un adulto y estaba completamente vacía. Como si alguien hubiera robado todos los sentimientos del chico y lo hubiera dejado solo con sus pensamientos.

-Podría dejarte inconsciente con un solo golpe, ¿prefieres eso?- la forma en que dijo las palabras y formulo la frase dio a entender a Tatum que Owen haría eso y todo lo que fuera necesario para mantenerlo en el coche. Y a pesar de su pequeño cuerpo, la certeza y decisión en las palabras del chico le dejaron claro que el chico era capaz de hacer lo que había dicho.
No era ningún farol. Y eso le asusto.

Regreso sobre sus movimientos y abrochó de nuevo el cinturón sobre su pecho.
El chico no dijo nada y cuando Tatum volvió a mirarle este estaba de nuevo en su posición anterior, con los ojos cerrados y la respiración normalizada. La boca del águila cayó abierta contra su regazo. ¿Qué narices se creía que estaba haciendo el estúpido crio?

¿Cómo había podido caer tan bajo de hacer caso a una amenazada de un niño? Exasperado y enfadado por haber caído en su broma, soltó de nuevo el cinturón y abrió el seguro del coche.

Una mano en su pecho le impidió realizar más movimientos.

-¿No entendiste lo que te dije?-

-Sí, lo entendí de sobra. Y por eso me largo, no me voy  quedar encerrado en un coche con un crio con un ego de tres montañas.- terminó, sacudiéndose  la mano de encima con una facilidad que le sorprendió y luego salió del coche.

Un bufido de exasperación fue la única advertencia que recibió antes de que su cuerpo se estrellara contra el lateral del coche. Su espalda protestó cuando se encontró con el duro metal y sus piernas se enredaron entre ellas. Si no fuera por el coche y la mano que se apoyaba sobre su esternón, habría caído al suelo en una maraña de brazos, piernas y vergüenza.

Esta vez cuando miro al rubio un escalofrió recorrió su cuerpo de arriba abajo. La capucha había caído hacia atrás y ahora los cabellos rubios descendían en mechones revueltos hasta sus hombros. Los faros de un coche le iluminaron por un momento y Tatum se dio cuenta de varias cosas.

La primera, lo que antes habría jurado que era tinte rojo, ahora ya no lo parecía. Era oscuro y estaba seco formando grumos sobre el pelo del chico. Solo había una cosa que hiciera eso, la sangre.

Lo segundo que vio fueron dos colmillos  blancos como la nieve y afilados como cuchillas salían entre sus labios y llegaban hasta su barbilla. Un solo toque de eso y su piel quedaría desgarrada.

Y por último sus ojos ya no eran los mismos. Uno de ellos se había tornado amarillo y ambos brillaban con luz propia.

Ahora no parecía tan niño e inofensivo como había jurado unos segundos antes.

-No tengo tiempo para juegos, entra en el coche o te meteré yo mismo.- de nuevo hablaba con tranquilidad. Exponiendo un hecho. Tatum iba a entrar en el coche si o si, por las buenas o por las malas.

Owen estaba empezando a perder la paciencia. Y teniendo en cuenta su forma de ser y el entrenamiento que había recibido, eso era algo que no pasaba muy a menudo.

Cuando el maldito pajarraco intento salir del coche por segunda vez su control se había ido al traste y en el momento en el que le vio con un pie en el asfalto lo vio todo negro.  Sus heridas, y el cansancio había hecho mella en su mente y sus colmillos y la desaparición del espejismo de sus ojos era una prueba fehaciente de ello.

El puma estaba luchando por abrirse paso en su interior a base de arañazos, mordiscos y gruñidos y estaba demasiado cerca de la superficie para la comodidad del rubio. Desde que era un cachorro no había vuelto a perder el control de su animal, y no quería empezar ahora.

No le sorprendió descubrir que los ojos almendrados se Tatum le miraba con miedo. Era exactamente lo que Owen necesitaba que sintiera porque no quería hacerle daño. Mientras le tuviera miedo, el águila no se atrevería a llevarle la contraria, como había estado haciendo hasta ahora.

Si esto no servía, tendría que noquearlo, cosa que no le hacía mucha gracia.

A pesar de sus palabras Tatum parecía congelado sobre sus pies. Sus ojos seguían clavados en los colmillos de Owen que parecían hacerse más largos con cada segundo que pasaba.

-¿Acaso quieres morir?- era una amenaza vacía pero eso Tatum no podía saberlo. Owen sabía que no podía acabar con la vida del águila, pero él no conocía ese dato en particular. Siendo realistas, Tatum no entendía nada de lo que estaba pasando, tan solo que había pasado de estar en las manos de tres secuestradores a estar en las manos de un loco asesino maniático.

A lo mejor no debería haber golpeado a la araña. Comparada con el rubio parecía un corderito.

El puma dio un suspiro exasperado y cerró los ojos. Cuando los abrió, estos habían vuelto a la normalidad y sus colmillos empezaron a menguar poco a poco. Retrocedió un par de pasos para darle espacio al águila para recomponerse. Sin embargo no le quito el ojo de encima atento a cualquier movimiento que pudiera hacer para escapar, a pesar de que eso no era muy probable teniendo en cuenta la forma en la que temblaba el cuerpo del mayor.

-Mira, es muy fácil. No quiero hacerte daño, simplemente me pagaron para rescatarte de esos tres y llevarte a un lugar seguro. Así que entra en el coche y vámonos ya.- echo un vistazo a su alrededor buscando algún signo de que alguien les hubiera seguido o hubiera presenciado la escena.

El área de servicio estaba tan desierta como cuando aparco allí. Pero había algo que no dejaba de molestarle.

-¿Por qué debería confiar en ti?- Tatum realmente parecía sorprendido de que la voz le saliera sin temblores.

-Porque soy un Nawid, como tu.- dijo Owen sin mirarle siquiera.

-¿Un qué?

-Un Nawid, un Doble, como quieras llamarlo- el mal presentimiento iba creciendo a cada segundo que permanecían en aquel sitio.-Oye mira, me da igual si me crees o no. Nos tenemos que ir, así que o entras en el coche o te meto yo.-

Tatum lo considero unos segundos y finalmente se giró meneando la cabeza con resignación mientras volvía a sentarse en el asiento del copiloto. Coloco de nuevo el cinturón, cerró la puerta y observó a Owen a través de la ventanilla. El rubio no parecía muy convencido  ya que no se había movido de su posición y observaba alternativamente al águila y a la puerta.

-Vamos, entra. No me voy a escapar. Me intriga saber cómo continua tu historia.- no alzo la voz. Owen le escucharía fácilmente y Tatum lo sabía. Los felinos tenían buen oído y por los colmillos que le había enseñado el rubio podía decir que se encontraba en esa categoría.

No tenía muchas intenciones de permanecer con el pequeño loco más de lo estrictamente necesario. En cuanto pudiera escapar lo haría, pero para eso tendría que pillar desprevenido al chico y eso lo veía muy complicado.


Owen le echo una última mirada y luego corrió hacia el asiento del conductor. Antes de que Tatum pudiera hacer ningún movimiento, el auto ya estaba en movimiento hacia la autopista.

6 comentarios:

  1. Hola!!!
    Es una alegría poder leer de usted, y más que eso poder leer este nuevo capitulo, sin duda es una gran regalo :)

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  2. hola..soy nueva por aki...y pase a leer tu relato...me engancho..esta super...ahora solo queda esperar otro nuevo capitulo......saludos y nos veremos seguidito...cariños....

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  3. Hola que tal yo comiéndome las uñas es impresionante estoy enganchada y a la espera de otro capitulo por fi Sienna para cuando mas

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  4. Holaaaaaaaaaa es genial volver a saber de voss Siennaaa!!!!! mee encantooo estee capitulooo!!!! nos leemos en el siguientee!! besoss!!!!

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  5. Fina. Hola Sienna, deseando que t pariente se encuentre mejor. Mil gracias por el capitulo, besos

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  6. Hola Sienna que bueno tener noticias tuyas y mira que de la mano de Nawid, gracias por compartir con nosotros algo de esta historia.
    besos

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